El autor de este libro decidió conocer la inmensidad de las tierras bajas sudamericana de una manera singular. Valiéndose de un kayak, durante dos años recorrió los 10.500 kilómetros de aguas interiores que, de manera casi ininterrumpida, enlazan Buenos Aires con el delta venezolano del río Orinoco. Un remar sin prisas, atento a la posibilidad de compartir un fuego con pobladores que viven junto a ríos de dimensiones, diríase, siderales.
Viaje en cierta forma intemporal, el de un navegante que fue conociendo la naturaleza y la memoria social de caudales que logran unificar todo un continente. Ríos como el Paraguay, el Paraná, el Guaporé el Madeira, el Amazonas, el Negro, el Casiquiare y el Orinoco, cuyas orillas vieron pasar a un canoero buscando contacto humano y trémulos jirones de libertad. Caminos de agua nos invita a penetrar en el corazón de Sudamérica, allí donde la plenitud de la naturaleza comienza a estar bajo amenaza; donde los pueblos indígenas tratan de salir del olvido al que los ha arrinconado la historia.