Los acontecimientos tras las batallas de Acentejo y Aguere, cuando la Isla vivía una ficticia pacificación, se precipitan hacia un nuevo enfrentamiento cuando algunos “menceyatos de paz” del Sur de Tenerife recelan de las intenciones de los conquistadores. De la misma forma, esos territorios y sus respectivas poblaciones en las que la vida guanche prácticamente no había cambiado, comienzan a inquietar también al ejército castellano, culminando todo ello con un episodio poco conocido, como la Rebelión de los Magotes y su batalla acaecida el 29 de septiembre de 1496.
Este acontecimiento histórico le sirve de pretexto al autor para describir con meridiana nitidez la vida y costumbres de los guanches, los antiguos canarios, centrándose de manera especial en sus ritos y ceremonias, en la poco conocida dimensión espiritual de un pueblo y una cultura cuya memoria se atesoró durante siglos en la tradición oral.
La novela histórica incluye un glosario en el que se analizan filológicamente los términos utilizados en la trama como nativos, revelando apasionantes respuestas que certifican la vitalidad de esa tradición oral que ha servido como fuente de inspiración para la novela.
