En este libro son los propios personajes los que escriben sus historias. Todo brota en cada página como fotos reveladas sin artificio. Los relatos, incluso los más breves, llevan al lector de la mano convirtiéndolo, irremediablemente, en protagonista esperando lo que viene. El autor nos hace sentir «el olor de los frijoles, del plátano en la sartén, de las guayabas ma-duras casi llegando al suelo?».