Sueño de una noche de verano quizás sea una de las primeras comedias de Shakespeare. Se cree que data de 1595 o 1596 y es calificada como su primera obra de madurez. Esta comedia es toda ella la creación de un mundo mágico, desde la primera línea hasta la última, a pesar de que el autor nos hace un guiño pretendiendo que veamos un mundo real y otro mágico, paralelo, cuando lo cierto es que, si bien hay dos realidades, ambas son mágicas, pues si el mundo de las hadas y duendes se construye partiendo del folclore inglés, este reposa, se apoya y se interrelaciona con otro mundo no menos mágico basado en la mitología griega, mundo que aquí Shakespeare nos presenta como «el mundo real». No se trata en realidad de una obra romántica, como lo es Romeo y Julieta, a pesar de que indiscutiblemente hay muchos elementos románticos, porque no pretende analizar la naturaleza del amor sino más bien burlarse de las penas y confusiones a que nos induce el amor.
