El camino de ANV desde su fundación, el día de San Andrés de 1930, es la historia del esfuerzo por transformar las líneas del nacionalismo vasco en su conjunto y adaptarlo a concepciones modernas alejadas del mito, la intransigencia y el clericalismo. ANV renovó el nacionalismo aranista dotándolo de una ideología acorde con las ideas imperantes en la Europa de mediados del siglo XX: actuación política sustentada en los derechos democráticos, el diálogo como arma política, el derecho de autodeterminación como pilar del autogobierno y la apertura hacia aquellos que reconozcan el hecho vasco.