Hay personas que nacen, crecen, se desarrollan y se forman, fundamentalmente para hacer, y si ese “hacer” les lleva a la consecución de sus metas, con Frecuencia, en lo social y económico, consideran que han alcanzado el éxito.
Algunas de estas personas realizan actividades esporádicas encaminadas hacia el cultivo de su mundo interior, actividades que son tomadas como “una
desconexión” necesaria para reducir el estrés y continuar con energía renovada en aquello que han considerado su principal tarea: el éxito económico y social.
Pero no es éste el camino por el que habitualmente se consigue el equilibrio que
permite la paz y la serenidad suficiente para vivir en armonía, armonizando al mismo tiempo el entorno en el que le ha tocado vivir, y es que nuestra vida es a un tiempo exterior e interior, y la clave para conseguir esa armonía no es otra que vivir de manera continuada enlazando ambos campos; hacer sin dejar de SER, actuar y reflexionar.
Sólo conociéndonos, en el más amplio sentido, sabremos de nuestro potencial, y por tanto, conociendo cómo y a qué podemos enfrentarnos. Conocer nuestro equipaje es fundamental para emprender el camino…
Las claves para avanzar en nuestro mundo interior aprovechando cada instante de nuestra vida y lo que en ella sucede, están claramente descritos en “Conocerse para avanzar, claves para la acción”. Una obra en la que todo lo que se expone, es fruto de la experiencia, y todas las estrategias y sugerencias que contiene, son perfectamente realizables por el lector que se disponga a ello.