Al repasar los principios de enfermedad y sanación, y algunas aplicaciones erróneas comunes, los comentarios de este libro nos ayudan a deshacer la fuente de la carencia de la bondad, para que en todas nuestras interacciones reflejemos la Fuente de la Bondad. Esperamos que esta obra sirva para recordarnos a todos la necesidad de ser bondadosos, el principio espiritual por excelencia.
La bondad refleja la inherente unidad mutua mientras que el ataque nos lleva a separarnos aún más en la conciencia. Miramos nuestras inperfecciones bondadosamente y las redefinimos no como la realidad, sino como meros desvíos en el camino de regreso a casa. Estas sombras de limitación las utilizan Jesús para enseñarnos sus lecciones de perdón. En la luz de la bondad se desvanecen por fin las limitaciones y nos encontramos unidos como el perfecto y único Hijo de Dios.