En mi nuevo libro “En el Nombre de la Vida”, hago un breve repaso por las experiencias que desde mi nacimiento he tenido, y que me han llevado a aceptar mi Amada profesión de “Maestro de Dios”, como la única que elegí libremente, mucho antes de llegar a este mundo. Expresar a Dios y sus Benévolas leyes, y enseñar a entrar en contacto consciente con nuestro Auténtico Ser, es lo mejor que sé hacer, y lo único a lo que me quiero dedicar el resto de mi maravillosa existencia aquí, en este sueño llamado “mundo”.
Cada vez que he intentado, de una u otra forma, alejarme de ella, mi vida terminaba convirtiéndose en algo pesado, difícil, y muy doloroso. La frustración que sentía, crecía descontroladamente en mí, me hubiera encantado que existiera una carrera universitaria que avalara oficialmente y de cara a la galería, mi profundo conocimiento de Él. Sin lugar a dudas, me hubiera graduado con honores, y el título, me hubiera facilitado, con toda seguridad, mi desarrollo profesional. Mas, el conocimiento de Dios, solo se estudia a través de la Experiencia, la teología te ayuda a saber cual es tu camino, pero no te lleva a la Experiencia.
Lo más duro que he tenido que escuchar ha sido que: si no tienes un título que te avale...no eres nada, solo un charlatán. Afortunadamente, siempre he tenido a mi lado, a mi Amado Jesús, y a otros grandes Maestros de Dios, de mi Amada India, recordándome, que Ellos tampoco tenían una titulación universitaria en Dios, pero sí mucha, muchísima Experiencia en Realizar Su Obra, y muchísima Sabiduría que provenía de nuestro Ser, El que siempre y Eternamente está en Él. Y es esta misma Sabiduría, la que yo poseo y trato de despertar en mis alumnos. Para alcanzarla, hay que erradicar de nuestra mente lineal, el miedo, la culpa y la idea del victimismo, pues con ellas de por medio, difícil será que escuches la Voz que tan Amorosamente te Habla en Favor de Dios por ti. La Bondad de tu Inocencia te abrirá la puerta que nunca ha estado cerrada para ti, pero que tú veías como imposible de traspasar. La puerta de la Paz y la Dicha perpetua, que está a cargo de Seres que están a tu entera disposición para solucionarte todos los enredos que aquí, en este sueño, tú llamas: ¡Problemas! Seguramente a Ellos, no los verás, pero sí que los sentirás. Hacer tu vida más fácil... ¿qué mejor profesión puede existir?
Dios no es caprichoso, ni se ha olvidado de ti, tampoco necesita de tu sufrimiento, pero tú... tú necesitas aprender a pensar sobre ti y sobre el mundo de una forma más Amorosa y compasiva. Tú eres el Alma, uno con Dios, con derecho a lo mejor y solo a lo mejor, aunque tus costumbres corporales te lleven a experimentar lo contrario. Eso no cambiará nunca tu auténtica Realidad. Para eso estamos los Maestros, para, con nuestro ejemplo y Amor, llevarte de vuelta a ese Dulce recuerdo de tu Sagrada Identidad.
El alma no se puede estudiar, solo Experimentar, y los Maestros de Dios, somos Expertos en la Experiencia del Alma, pues sabemos que es Una Indivisible con la Fuente que nos creó, y que al Re-conectarte con tu Auténtico Ser, irremediablemente, lo haces con la Fuente de todo Poder y Subsistencia que te creó, y comenzarás a Experimentar su Eterno apoyo, aquí, en este mundo que para ti es tan real.
En el Nombre de la Vida, lo escribí, justo para ayudarte a “volver” al Eterno mar de su Amor, del cual tú, ¡Jamás has salido! Solo te has olvidado de Quien eres en Verdad. Si quieres saber más sobre la vida y filosofía de un Maestro de Dios occidental del siglo XXI, te animo a leerlo. Las enseñanzas son las mismas que las de los Maestros que me precedieron, lo único que cambia es la forma, pero jamás el mensaje, ni la meta.
Maestros de Dios... Gracias a todos por atreverse a vivir aquí Expresando las leyes del Amor del Eterno Cielo que Somos. Algunos sin títulos universitarios y con escasa formación académica, otros con algún título y gran erudición, mas todos sin excepción, haciendo gala de una vida vivida desde la Infinita Bondad y Poder de nuestro Creador, haciendo posible con sus esfuerzos, Milagros y dedicación, que no se nos olvide nunca, que lo único natural en nosotros es el Amor y por ende... Amar por que sí. Feliz Vida a todos, Santos Hijos de la Vida Amor.
Manuel Martín. Maestro de Dios®.
(Manuel Guadalupe Fernández.©)
Julio 2013.
