El padre acababa de ser contratado por una compañía minera y por eso se mudaban a una casa y a un barrio mejor de la ciudad. La madre no quería que nadie pudiera ver los miserables enseres de la mudanza. El hijo mayor, un niño de nueve años es el encargado de viajar en el carro que llevará los muebles y las pocas pertenencias al nuevo domicilio. Todo esto transcurre en una ciudad, Melilla, en una nochede febrero de 1960.
El autor, a partir de estos elementos, describe la situación marginada y patética de una familia asolada por la pobreza y la incultura. La mudanza representa para ellos uno de los primeros signos de la recuperación económica de la España de aquellas fechas, pero al mismo tiempo que se va describiendo de un modo descarnado las relaciones familiares, el itinerario por donde la mudanza hace todo su recorrido sirve de excusa para historiar una visión jocosa, delirante y tremendamente mordaza de lo que supuso la creación de una ciudad española en el norte de África.
Antonio Abad ha desarrollado con inteligencia y gracia una novela realimente divertida y llena de ternura, ambiciosa y compleja, y todo ello con un lenguaje fácil, ameno y abundante de recursos expresivos.
