La Orden de la Rosacruz, que había permanecido voluntariamente desconocida durante siglos, revela su existencia a comienzos del siglo XVII, por medio de tres enigmáticos manifiestos publicados en Alemania: La «Fama Fraternitatis» (1614), la «Confessio Fraternitatis» (1615) y las «Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz» (1616).
La «Fama Fraternitatis», precisa de una manera que a veces es alusiva y otras muy concreta, la vida y la búsqueda mística de Christian Rosenkreutz («heredero» de la familia germánica R+C).
La «Confessio Fraternitatis» proporciona en el año 1615 ciertas precisiones sobre la Fama e igualmente, sobre los comienzos de la Orden de la Rosacruz.
En 1616 aparecen «Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz», relato alegórico -aunque en nuestros días todavía sea considerado por muchos como un texto exclusivamente histórico- sobre la naturaleza profunda y real de la Fraternidad Rosacruz.
Esta Trilogía continúa siendo, tanto ahora como en el siglo XVII, un texto fundamental para aquellos que desean conocer a esta antigua Fraternidad mística y a los ideales que propaga desde hace muchos siglos.