La protagonista del libro junto a sus amigos, y sus abuelos, personajes claves en estas aventuras, experimentan la pérdida de su mascota. Vivir este proceso desde la paz, con naturalidad y con espacio para expresar las emociones, va a hacer que tanto niños como adultos, hagan del proceso de dejar el cuerpo físico, una oportunidad para madurar y evitar heridas sin sanar.