Este no es un libro de resignación, ni un libro triste. Desde el título y la portada hasta la última página es un libro lleno de vida, que invita a la alegría y a disfrutar de los años que Dios nos da.
La primera parte es una jornada, paso a paso, en contacto con Dios. La segunda se refiere a la edad de los "mayores-jóvenes". La tercera tiene en cuenta las inevitables tribulaciones: pero para buscar superarlas. La cuarta apunta a la importancia de encarar, desde la plenitud de la vida, la conversión al Dios de misericordia, que acoge, ama y perdona. La quinta se refiere a los últimos días de la vida, en vísperas al encuentro con el Padre. Y la sexta presenta algunos ancianos testigos de la fe: Simeón y Ana, Eleazar, san Juan XXIII, san Juan Pablo II, que, unidos a Jesús, muerto por nosotros y resucitado para nosotros, son eternamente jóvenes.
