NINGUNA PALABRA ES TUYA
Antes de lo que dices,
todas tus palabras
(las bellas las terribles las inanes)
habían ya habitado el corazón
de otros humanos.
Antes de lo que escribes,
todos los libros
pudieron ser leídos
en las pupilas de otras bestias
de tu misma especie.
Nada, pues, te envanezca:
Todo estaba dicho.
Todo estaba escrito.
Todo ya vivido.