Descripción
Eliz, cansada de su rutina, empieza a tener sueños que la llevan hacer viajes, yendo en un recorrido por aventuras, donde la imaginación le permitirá ver en modo pintoresco que la naturaleza es y será parte de cada ser humano, y que estamos unidos por un único eje, que es la vida. Estos viajes la llevarán y le permitirán hallar su alma, apreciar su propia vida, también ver que solo la vida, es la que nos permite ser, en este planeta que habitamos, la tierra, descubriendo con ello el amor por la naturaleza, su sabiduría que es excelsa e infinita, en la cual, podrá evolucionar, por la naturaleza, la vida, también por ella misma y el de los seres humanos, apreciando con ello la vida, no solo humana, sino la vida en todas sus formas. Eliz entiende que el amor, por los humanos, los animales, la naturaleza y la vida en su plenitud, es primordial para hallar su propia alma, fe, y alegrías, en cada paso o camino que recorre. Más para ello debe cultivar y velar por lo que ama, con ello parte de sus vivencias, y aventuras de vidas, donde recuerda momentos de la infancia y el amor que siente por sus padres y lo mucho que agradece por el amor y libertad con que la criaron a lo cual le permite tener perspectivas y emociones al contemplar la naturaleza, apreciando no solo su propia vida, sino el de los seres humanos, los animales, la vida en todas sus formas en cada momento que vive, y hallando su propia alma, instando con ello a que cada ser humano debe hallar su propia alma y apreciarla tanto como a su propia vida. Eliz en sus aventuras sueña con un mundo en el cual los seres se cuidan, y hablan entre si apreciándose los unos de los otros, resaltando la importancia de la biodiversidad, para la vida, no solo humana, sino también de los animales, la vida en todas sus esferas, pues en ello se basa la vida en su función intrínseca.
Eliz en sus sueños recibe la visita de un ser muy especial, con la cual tiene algo en común, el ser mujer,
