La inspectora Carlota López, junto a su compañero, el subinspector Jorge Carracedo, se encuentra ante un caso difícil: un hombre, llamado Óscar Castillo, aparece muerto de un disparo y el asesino, o asesinos, no han dejado pista alguna. Carlota descubre en el ordenador de la víctima un relato, con tintes autobiográficos y gran carga sexual, en el que se describe a una misteriosa mujer llamada Mara. La inspectora, que cuenta entre sus colaboradores con su propio padre y su amiga Priscila, sospecha que esa mujer puede tener algo que ver en la muerte de Óscar Castillo y convierte su búsqueda casi en una obsesión. Presente y pasado, realidad y fcción parecen mezclarse y terminan por llevar a la protagonista a un callejón sin salida en la investigación. El amor y el desamor, junto al sexo, presentes en la vida de los personajes, se entremezclan con pequeñas dosis de humor, en una trama de misterio que prácticamente no se resuelve hasta la última página.
