En esta obra juego con la fantasía y también con la realidad del día a día y denuncio las injusticias de la vida que constantemente cometen las capas dominantes y aquellos que ejercen el poder. Mi delirio entre la fantasía y la realidad, me hace soñar con un mundo justo y mejor donde la paz y la justicia vayan de la mano. Recuerdo a mi familia y a mis amigos, cuando jugaba con ellos en mi pueblo. Aquel pueblo pequeño donde yo era feliz entre mi gente. De mi niñez, esos recuerdos profundos que no se olvidan nunca y que van con uno hasta la tumba. Mi espíritu rebelde e inquieto lo manifiesto en cada línea que escribo en mis poemas, aunque a veces no encuentre palabras para expresar la rabia que llevo dentro por las malas artes que practican nuestros políticos, salpicados por la corrupción; llenos de odio y avaricia y que nunca están satisfechos, mientras al pueblo lo hunden en la miseria cada día más. Pero el pueblo, que se siente engañado, sin embargo, cuando convocan elecciones acude a las urnas como moscas a la miel y los votan de nuevo otra vez esperando pacientemente que algún día también le llegue la miel. Me mueve el amor, la magia, la belleza, y la justicia, que son las armas que poseo para seguir luchando y denunciar tanta injusticia que hay en este mundo.
