Escribo cosas que siento o que descubro. Pero como diría el clásico, nada ajeno a los hombres, ni a las mujeres, ni a las flores. Un poco de aire fresco, si puedo decirlo, agua, sol, ayuda, un poquito de denuncia también, alguna torpeza quizás; pido perdón por cualquier impostura, o si ofendo mala mente. No quise hacerlo. Solo comprensión ofrezco, y cariño verdadero, a todos los que sufren y esperan, a pesar del frío y de la lluvia, solos, frente a tanta mansedumbre, y a tanto cemento.