"Viernes, dos treinta de la madrugada; una procesión de nalgas apretadas pulula de bar en bar. Las copas se suceden, el hielo tintinea en los vasos largos y una neblina persistente envuelve el correteo de miradas lascivas obligadas de la nocturnidad. Ajena al bullicio del ambiente, una ambulancia recorre las grandes avenidas de la ciudad del Hospital Sant Pau. En su interior Adelaida Duarte, la gran diva de las letras lésbicas, viaja víctima de un colapso". En el seno del Gay Night se dan cita la amistad, el amor, el desamor, la militancia...y el cotilleo, encarnados en un multiplicidad de entrañables mujeres, como Adelaida -la escritora que quiere ser feliz, como los personajes de sus novelas- Tea de Santos -la multifacética periodista de lengua afilada y teléfono en ristre-, Remei -recién llegada de la Catalunya profunda con una maleta repleta de grandes sueños- o Karina -adicta a los kleenex y atada a un secreto celosamente guardado. Las lectoras recorrerán las páginas de este delicioso culebrón, olvidando sólo la sonrisa para sustituirla por la carcajada.
"Viernes, dos treinta de la madrugada; una procesión de nalgas apretadas pulula de bar en bar. Las copas se suceden, el hielo tintinea en los vasos largos y una neblina persistente envuelve el correteo de miradas lascivas obligadas de la nocturnidad. Ajena al bullicio del ambiente, una ambulancia recorre las grandes avenidas de la ciudad del Hospital Sant Pau. En su interior Adelaida Duarte, la gran diva de las letras lésbicas, viaja víctima de un colapso". En el seno del Gay Night se dan cita la amistad, el amor, el desamor, la militancia...y el cotilleo, encarnados en un multiplicidad de entrañables mujeres, como Adelaida -la escritora que quiere ser feliz, como los personajes de sus novelas- Tea de Santos -la multifacética periodista de lengua afilada y teléfono en ristre-, Remei -recién llegada de la Catalunya profunda con una maleta repleta de grandes sueños- o Karina -adicta a los kleenex y atada a un secreto celosamente guardado. Las lectoras recorrerán las páginas de este delicioso culebrón, olvidando sólo la sonrisa para sustituirla por la carcajada.
