La ternura y la vulnerabilidad humanizan al terapeuta y al paciente
Es un libro de un clínico, de un practicante sensible al sufrimiento de sus pacientes. En coherencia y continuidad con las hipótesis planteadas por los fundadores de la terapia gestalt, no veremos a un «experto» tratando a «gente enferma» con sus protocolos, sino un ser humano lleno de respeto y amor por sus pacientes. Lleno de respeto y de amor... pero también de lágrimas, lágrimas de sensibilidad o fragilidad, lágrimas de resonancia... a su dolor, a las lágrimas de impotencia o a la intensidad del momento de contacto. En una sociedad en la que priman valores como la productividad, la eficiencia, la competitividad y el éxito, puede verse claramente que Ximo Tárrega se coloca «en otra parte» y reclama para sus pacientes generosidad, ternura, interdependencia, interrelación, la solidaridad, el vínculo... Sí, es la ternura lo que está aquí en el corazón de la situación psicoterapéutica, un lugar del que probablemente nunca debería haberse ido.