Para el niño que se encuentra solo delante de su papel, en una mesa con material preparado para pintar con acuarelas, una aventura estética, organizada y precisa va a comenzar. Con la pintura o el dibujo, un sello indeleble y permanente va a fijarse sobre la hoja en blanco. Días más tarde, eso seguirá siendo una imagen visible de un momento dado y único.
Al niño le parece hermoso lo que produce. Además, es capaz de reconocer siempre su trabajo entre aquellas pinturas hechas por otros niños, inclusivetras varias semanas o meses. Este hecho, ¿no debería incitarnos a conocer mejor la calidad de este momento vivido?
Este estudio acerca de la evolución de la pintura en el plan curricular dentro de las escuelas Waldorf, se dirige a personas, artistas, educadores, instructores, padres, médicos y a todos aquellos a los que les concierna la transformación de la imagen del mundo desde el punto de vista de los niños y los adolescentes. Puede, por tanto, ser utilizando tanto dentro de la pedagogía general como de la curativa.
Bernardette Hégu, antigua alumna de escuelas Waldorf, se ha formado en varias disciplinas artísticas y terapéuticas en Alemania con Margarete Hauschka y en los Países Bajos con Liane Collot-d’Herbois.
Enseñó pintura en el Institut de Pédagogie curative y en clases magistrales de la École Perceval de Chatou, así como a numerosas promociones en la formación de profesores realizada por el Institut Rudolf Steiner.
Es artista y terapeuta, así como maestra formadora en arte y terapia artística, impartiendo numerosos cursos tanto a adultos como a niños.
