Bajo el emparrado de la terraza soleada de una casa romana el narrador, alejado de Israel, recuerda la fantática y casi increíble historia del monarca más notabloe en los últimos siglos de su pueblo: Herodes, el Grande. Es, en realidad, una novela de aventuras: sus primeros momentos, que a punto estuvieron de costarle la vida en un juicio sumarísimo, su escalada entre mil espinosas dificulotades hasta el trono de Israel; sus amores de juventud y madurez, las perfidias, traiciones, sexo y violencia de su corte, en la que algunos de sus más íntimos no tenían otro deseo que eliminarlo. Cleopatra, Marco Antonio, Octavio Augusto y Livia participan de estos avatares, en los que la astucia de una mujer, Salomé, la hermana del rey, será la que conduzca en realidad los hilos de una trama que el monarca cree manejar.
En este relato desfila la historia de Palestina del siglo I de nuestra era, momento en el que aparece en este mundo Jesús de Nazaret. Su nacimiento queda enmarcado justamente en el entorno de la Jerusalén de su tiempo, a la vez que el narrador judío se cuestiona ciertas noticias que algunos de los seguidores del Nazareno afirman sobre el nacimiento de su maestro.