Héctor tenía siete años cuando encontró, con la ayuda de su padre, el tesoro del pirata Cabeza Perro. Un cofre lleno de monedas, joyas, espadas... Pero dos años más tarde, el día de su noveno cumpleaños, Héctor descubre algo mucho más interesante. En el doble fondo del cofre hay una carta escondida, dirigida a él, y firmada por el mismísimo pirata: «Tienes que venir a hablar conmigo a la Cueva Honda, que está en el Malpaís de Güímar».